El vídeo Secrets From the Street: No Disclosure fue realizado para exhibirse en un contexto específico: la exposición Public Disclosure: Secrets from the Street, que tuvo lugar en el año 1980 conjuntamente en el City Hall de San Francisco y en el Museum of Modern Art de esa ciudad. El folleto que anunciaba la exposición incluía la imagen de un barrendero y el eslogan «It’s trash on the street, it’s art on the walls». La intersección de culturas y clases sociales que se da en la conocida calle Mission District de San Francisco centra la atención de Rosler. Una vía turística con numerosas tiendas y restaurantes, conocida también por ser punto de encuentro de la cultura automovilística del Low Rider. La artista coloca una cámara de cine Super-8 en el interior de un automóvil y, al estilo de las cámaras de vigilancia, filma la calle mientras el coche circula. Los grafitis y mensajes políticos en las paredes son reforzados por la voz en off de la artista, que lee uno de sus textos sobre la cultura alternativa de la calle en oposición a la falsa cultura oficial. Su voz deviene un eco de la voz de la calle interpelando directamente al espectador con preguntas como: «Que voit-on? Qu’entend-on dans cette vidéo?». Sin obviar la condición fílmica del espectador, las alusiones a la cultura de la calle dan lugar a una reflexión sobre el difícil diálogo entre culturas con mensajes como el siguiente: «No puedes conocer una cultura con una simple visita; quizá conocerás sus “hechos”, pero no su significado.» En cuanto al «secreto» al que alude el título, la artista exhibe una verdadera polisemia en el audio que acompaña el vídeo. Su voz nos va recordando a qué se refiere la palabra «secreto», desde la privacidad de nuestras vidas hasta las operaciones veladas del poder y la parte inconfesada de toda cultura. Como sostiene el texto, «el secreto es que para conocer el significado de una cultura debes conocer los límites de significado de tu propia cultura».