La cámara acompañó a Gordon Matta-Clark a lo largo de su proceso artístico y se convirtió en un instrumento de percepción del espacio arquitectónico en el que él intervenía. Automation House contiene un ejercicio de percepción espacial y del rol de los cuerpos en el interior de un edificio transitado por el público. El uso de un espejo permite captar los movimientos de las personas de forma especular. El encuadre de la cámara altera la perspectiva habitual del espacio y la profundidad de campo permite yuxtaponer distintas situaciones. Se trata de una mezcla de performance y construcción fílmica que deja al espectador confuso e incapaz de identificar automáticamente las acciones en el espacio. Esta idea de filmar las imágenes reflejadas en un espejo prefigura los conocidos building-cuts o «cortes en edificios» de Matta-Clark: los reflejos en el espejo crean aperturas que transforman la lógica arquitectónica.