Durante los primeros años setenta, Jaume Xifra produjo obras realizadas con materiales pobres y objetos imposibles que constituían una crítica al universo del consumo. El artista eligió el alambre de púas para construir una serie de objetos domésticos desprovistos de su funcionalidad real. En este caso, parte de una barrera como las que se usan para cerrar el paso o para proteger a los peatones y refuerza su significación con este material. Las púas del alambre de Barrière son un elemento disuasorio para quienes se acerquen a ella o quieran manipularla. El humor y el absurdo, dos aspectos característicos del trabajo del artista, se ponen de manifiesto en este objeto de control, a menudo policial, atrapado en su propia condición represora.