Martha Rosler realizó esta performance en directo en un programa televisivo de la Paper Tiger Television, una cadena no comercial de Nueva York que, desde su creación en 1981, ha sido pionera en los medios de comunicación comunitarios y experimentales. En su performance, Rosler reconstruye los mensajes y la publicidad publicados en la conocida revista de moda Vogue. Sentada ante un pequeño tocador, la artista va pasando las hojas de la revista mientras las va comentando. Con una mirada crítica sobre este tipo de publicaciones que reducen a la mujer a un simple objeto de deseo, Rosler denuncia también las condiciones laborales que sustentan la industria de la moda. La artista aparece en escena según los códigos convencionales de la presentadora televisiva, hojeando las páginas de la revista mientras la cámara se desplaza desde su rostro a las imágenes publicadas en Vogue. Estas imágenes se alternan con otras que muestran un taller de confección no regulado de trabajadoras chinas en la ciudad de Nueva York. La música de Blondie contrasta con la atmósfera de la explotación fabril, a la vez que aparece en pantalla un mensaje en el que se compara lo que cobran las trabajadoras textiles y las modelos de moda. Ante las imágenes de la revista, Rosler se pregunta:---«¿Qué es Vogue? Es fotografía, es voyeurismo, es mistificación, es fascinación, deseo e identificación. Es el aspecto, la pose, la piel del lujo. Es dinero, es lujo. ¡Es tenerlo todo, todo, todo! ¡Es ropa, pieles, perfumes, hombres, hombres caros! Es moda. Es arte. Es arquitectura. Es tenerlo todo. Se trata de ser rico, de identificarse con los mejores de la clase. ¿Qué es Vogue? Es amenaza y el soplo de decadencia.» La pieza termina con una imagen de la artista desmaquillándose ante el espejo mientras suena una pieza de Schubert.