Terremoto es una de las obras más significativas de Tere Recarens. Como en toda la producción de la artista, la ironía, el elemento lúdico, la sorpresa, el absurdo y el reto de transgredir las normas aprendidas acompañan esta instalación. Se trata de una instalación de gran formato que logra la interacción y menudo la perplejidad del espectador obligándole a tomar partido. «He construido un suelo inestable con tablones de madera, sobre el que he colocado estanterías y varias piezas de mobiliario llenas de objetos frágiles. Cuando los visitantes andan sobre los tablones, todo tiembla. A algunos les da miedo romper los objetos, mientras que a otros les encanta poder disfrutar de una libertad inesperada», explicaba la artista a propósito de la instalación. Creada en 1994 y presentada por primera vez en Marsella ese mismo año, la obra se volvió a montar en 2016 para incluirla en la exposición colectiva producida por el MACBA, Punk. Sus rastros en el arte contemporáneo. La artista dejó escrito en sus notas: «Un terremoto de 12 minutos, escala Richter 7.0. Por suerte no hubo ningún herido.» Más allá de la interpelación directa del espectador, que le obliga a posicionarse ante la obra de arte y su contexto de exhibición, la obra apela al carácter inestable del mundo circundante. Con su instalación, la artista nos sitúa en el lugar del transeúnte, una figura real y al mismo tiempo metafórica de nuestra relación con el mundo.