03.07.2024
Mari Chordà
… y muchas otras cosas
La imagen, el lenguaje y la acción social son la base de la obra de Mari Chordà y parte indisociable de su vida: la artista, la escritora y poeta, y la activista forman un vínculo inquebrantable, fundamento de una actitud y unas convicciones que conforman el eje vertebral de su trabajo y su biografía. Observadora activa y atenta de la realidad que la envuelve, toma parte en ella, agitando y subvirtiendo todo cuanto ve, guiada por un posicionamiento político que surge en respuesta a la dictadura franquista y continúa articulándose de la mano de las luchas feministas por el reconocimiento y la visibilización del trabajo de las mujeres.
Las referencias estéticas en la obra de Mari Chordà son ajenas al ambiente academicista y anacrónico de la Escuela de Bellas Artes en la que estudió, pero también al panorama artístico del momento en el que comenzó a forjar un lenguaje propio. El suyo es un imaginario cercano a la sensibilidad visual del pop y la psicodelia, pese a que Chordà nunca se ha considerado parte de esos movimientos. Pionera de su generación a la hora de plantear una sexualidad libre, su pintura y su poesía hablan de placer, de maternidad y relaciones lésbicas.
Mari Chordà indaga en el cuerpo femenino a partir de su propio cuerpo, pero en lugar de pintar su rostro —imagen del autorretrato convencional— se autoexplora y retrata pintando su sexo. La autorreferencialidad, la exploración de la propia intimidad y los cambios que se producen a lo largo de un embarazo son solo algunos ejemplos. No hay obscenidad ni pudor de ningún tipo a la hora de mostrar, de hablar de sexo, de disfrutar del cuerpo y pintarlo o componer poemas sobre él. Mientras que el Estado, la Iglesia, el orden o una moral mal entendida fomentaban la represión del sexo y el placer, en el trabajo de Chordà emerge una sexualidad exacerbada que supone una autoafirmación en sí misma, una legitimación de la libertad y el gozo.
Las referencias estéticas en la obra de Mari Chordà son ajenas al ambiente academicista y anacrónico de la Escuela de Bellas Artes en la que estudió, pero también al panorama artístico del momento en el que comenzó a forjar un lenguaje propio. El suyo es un imaginario cercano a la sensibilidad visual del pop y la psicodelia, pese a que Chordà nunca se ha considerado parte de esos movimientos. Pionera de su generación a la hora de plantear una sexualidad libre, su pintura y su poesía hablan de placer, de maternidad y relaciones lésbicas.
Mari Chordà indaga en el cuerpo femenino a partir de su propio cuerpo, pero en lugar de pintar su rostro —imagen del autorretrato convencional— se autoexplora y retrata pintando su sexo. La autorreferencialidad, la exploración de la propia intimidad y los cambios que se producen a lo largo de un embarazo son solo algunos ejemplos. No hay obscenidad ni pudor de ningún tipo a la hora de mostrar, de hablar de sexo, de disfrutar del cuerpo y pintarlo o componer poemas sobre él. Mientras que el Estado, la Iglesia, el orden o una moral mal entendida fomentaban la represión del sexo y el placer, en el trabajo de Chordà emerge una sexualidad exacerbada que supone una autoafirmación en sí misma, una legitimación de la libertad y el gozo.
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Rueda de prensa: «Mari Chordà… y muchas otras cosas»
Rueda de prensa: «Mari Chordà… y muchas otras cosas»
El MACBA Museu d’Art Contemporani de Barcelona convoca el miércoles 3 de julio, a las 11:30 h, a la rueda de prensa de presentación de la exposición «Mari Chordà… y muchas otras cosas». Ponentes: Mari Chirdà, artista; Teresa Grandas, comisaria de la exposición; y Elvira Dyangani Ose, directora del MACBA